La amputación de una pata delantera se realiza haciendo una incisión en el lateral del tórax que extirpe toda la extremidad, incluido el omóplato. En algunos casos, el omóplato no se puede extirpar y la amputación se realiza a la altura de la articulación del hombro.
La amputación de una pata trasera se realiza haciendo una incisión alrededor del muslo. Se puede dejar una parte del fémur o se puede extirpar la extremidad a la altura de la cadera.
La amputación de una extremidad se realiza para el tratamiento de un cáncer que no se puede extirpar de otro modo. En la mayor parte de los casos, un cáncer óseo (osteosarcoma) se trata con una amputación. La amputación también se puede realizar por un traumatismo grave de la extremidad.
La amputación es bien tolerada por perros y gatos, siempre que no padezcan una enfermedad ortopédica o neurológica extendida que afecte a las otras extremidades. La amputación alivia el dolor debido a la enfermedad o lesión y permite a la mascota recuperar la actividad normal o casi normal. La recuperación de una amputación es habitualmente rápida, con una cicatrización de la incisión en 1-2 semanas, y muchos pacientes pueden ponerse en pie y caminar poco después de la cirugía.
Los pacientes que tienen problemas de movilidad importantes, distintos de la extremidad afectada, posiblemente no sean candidatos adecuados para una amputación. Los riesgos del procedimiento incluyen hemorragia, infección e hinchazón postoperatoria en el sitio de la cirugía.