Una esterilización laparoscópica es aquella en la que el cirujano utiliza una cámara (laparoscopio) e instrumentos de mango largo que se introducen a través de pequeñas incisiones para realizar el procedimiento. Este tipo de cirugía también se conoce como “cirugía mínimamente invasiva”.
La esterilización laparoscópica se puede realizar en pacientes intactas reproductivamente que se someten a una esterilización electiva. Este procedimiento se utiliza en ocasiones poco frecuentes para tratar a animales que tengan una infección en el útero (piometra). Si el tejido está sano, es posible que se realice una ovariectomía (extirpación solo de los ovarios) o una ovariohisterectomía (extirpación del útero y los ovarios), dependiendo de la recomendación del cirujano y la preferencia del cliente.
La esterilización laparoscópica se puede asociar con una disminución del dolor y una recuperación de la cirugía más rápida. También puede generar menos complicaciones con la herida quirúrgica, como inflamación o infección. La esterilización laparoscópica generalmente ofrece una mejor visualización del tejido y de la cavidad abdominal.
Las desventajas de la esterilización laparoscópica en comparación con la cirugía tradicional incluyen la necesidad de contar con instrumentos especializados y formación por parte del cirujano.