La artroscopia (o “exploración de una articulación”) es una técnica para realizar operaciones quirúrgicas de las articulaciones, vainas tendinosas y bolsas utilizando pequeñas incisiones (de menos de 1 cm). Esto se hace con una cámara e instrumentos especializados. Se coloca un instrumento estrecho y rígido, llamado artroscopio, a través de una pequeña incisión para ver el interior de las articulaciones, vainas tendinosas y bolsas. La imagen se transmite a una cámara para visualizarla en un monitor de televisión. Se introducen instrumentos quirúrgicos especialmente diseñados a través de pequeñas incisiones independientes para ayudar en la cirugía.
- Fracturas con esquirla/esquirlas óseas (figura 1)
- Lesiones de osteocondritis disecante (OCD) (figura 2)
- Quistes óseos (figura 3A, 3B)
- Artritis
- Lesiones de tejidos blandos
- Desgarros de tendones, desgarros de ligamentos, desgarros de menisco, adhesiones, masas sinoviales
- Ayuda a reducir y reparar fracturas intraarticulares (figura 4)
- Infecciones de articulaciones, vainas tendinosas o bolsas (o “articulaciones sépticas”)




Técnicas/procedimientos alternativos:
Antes del uso de la artroscopia, las enfermedades anteriores se tratarían mediante una técnica “abierta” llamada artrotomía. Esta se hacía mediante incisiones grandes en las articulaciones, vainas de tendones o bolsas. Desde que la artroscopia se ha vuelto más accesible, es el tratamiento de elección para estas enfermedades y habitualmente ya no se recomiendan las artrotomías para la mayor parte de las enfermedades en caballos.
- Incisiones más pequeñas en comparación con las artrotomías
- Cuidado más sencillo de las incisiones postoperatorias
- Menos riesgo de infección
- Menos tiempo de inactividad, vuelta al trabajo más rápida
- Mejor pronóstico
- Algunos procedimientos se pueden hacer con el caballo de pie y sedado
- No todas las cirugías se pueden hacer artroscópicamente
- Requiere instalaciones y equipos especializados
- Requiere formación avanzada del cirujano veterinario