Superposición/pinzamiento de apófisis espinosas dorsales

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Kissing spines

Resumen

La superposición/pinzamiento de apófisis espinosas dorsales, o artrosis interespinosa lumbar, se produce cuando una parte de las vértebras están demasiado juntas o en contacto entre sí. Este contacto estrecho puede provocar cambios óseos en las vértebras e inflamación crónica. La mayoría de las veces este trastorno se diagnostica en caballos adolescentes, aunque los cambios radiográficos también pueden identificarse en caballos más jóvenes y más viejos. Pueden verse afectados caballos de cualquier raza, pero los purasangre y las razas de sangre templada tienden a estar sobrerrepresentados. Se desconoce la causa de la artrosis interespinosa lumbar, pero se barajan como hipótesis el entrenamiento, la fuerza muscular, el ajuste de la silla de montar y factores genéticos, y lo más probable es que en su desarrollo intervengan diversos factores. Las vértebras afectadas con más frecuencia son las situadas entre la mitad y el final de la columna torácica, debajo de donde se asienta la silla de montar; sin embargo, también puede producirse más adelante o más atrás.

Manifestaciones Clínicas

Los signos clínicos asociados a la artrosis interespinosa lumbar son muy variables, desde cambios radiográficos asintomáticos hasta un caballo que no se puede montar o que se siente incómodo incluso con una ligera presión sobre las zonas afectadas. Algunos de los signos más comunes en los caballos sintomáticos son el corcoveo o las sacudidas de cabeza cuando se les coloca la silla de montar, la dificultad para mantener el galope o los cambios en el mismo, o el rechazo o la precipitación hacia las vallas. Se puede describir a los caballos como caballos con un desempeño generalmente bajo o que se sienten apagados. La cojera puede incitar o exacerbar el dolor del dorso y puede ser el síntoma principal. Los caballos también pueden ser sensibles a la palpación o tener poca musculatura en el dorso.

Figura 1. En las radiografías de la columna torácica media se muestra una columna vertebral relativamente normal (arriba) en comparación con la de un caballo con superposición grave de apófisis espinosas dorsales (abajo).
Diagnóstico

La imprecisión y la variedad de los signos clínicos de la artrosis interespinosa lumbar pueden dificultar el diagnóstico. Normalmente, se realiza una evaluación completa de la cojera tanto por la variedad de signos clínicos como por la frecuente incidencia de cojera junto con dolor dorsal. La palpación de la columna vertebral y la musculatura circundante puede dar a su veterinario una indicación de si su caballo tiene dolor, así como de la movilidad general de su columna vertebral. El diagnóstico inicial en la granja puede incluir radiografías (rayos X) (Figura 1), ecografías y/o anestesia local de los puntos dolorosos sospechosos del dorso. En los casos difíciles, puede recomendarse una gammagrafía ósea para ver si las secciones del dorso afectadas muestran una remodelación ósea activa, que se iluminaría en los estudios por imagen. La evidencia de anomalías radiográficas debe evaluarse con el cuadro clínico completo, teniendo en cuenta que muchos caballos pueden presentar cambios radiográficos sin signos clínicos de dolor dorsal, y que la cojera puede exacerbar el dolor dorsal.

Tratamentio

El tratamiento suele ser multimodal y depende en gran medida del mantenimiento de los cuidados del paciente en su domicilio. Algunas de las opciones de tratamiento incluyen:

  • Estiramiento y fortalecimiento de los músculos del dorso y el tronco: una combinación de estiramiento de los músculos espasmódicos del dorso y fortalecimiento de los músculos del dorso y el tronco es fundamental para el mantenimiento a largo plazo de los caballos con artrosis interespinosa lumbar. Esto ayudará a reducir el dolor asociado al espasmo muscular y proporcionará a la columna vertebral el apoyo muscular necesario. Existen excelentes recursos con ejercicios sencillos que pueden realizarse en el establo para fortalecer y estirar el dorso y el tronco.
  • Acupuntura y quiropráctica: estas terapias alternativas pueden ser muy beneficiosas en algunos casos. Ambas pueden ayudar a controlar el dolor y mejorar la movilidad de los caballos con artrosis interespinosa lumbar, pero deben utilizarse siguiendo las recomendaciones de su veterinario.
  • Relajantes musculares: los relajantes musculares orales (metocarbamol, dantroleno) pueden ser útiles para reducir algunos de los espasmos musculares agudos que pueden producirse con la artrosis interespinosa lumbar. Pueden ser útiles sobre todo al principio de la terapia para ayudar a reducir el espasmo muscular, seguidos de estiramientos y fortalecimiento tras la relajación muscular inicial.
  • Inyecciones locales: existen diversas terapias que pueden administrarse mediante inyección. La mesoterapia consiste en una serie de inyecciones justo debajo de la piel, que se cree que ayudan a «desactivar» algunas de las vías del dolor que ascienden por la médula espinal. Además, se pueden aplicar inyecciones locales de antiinflamatorios (a menudo corticoides) directamente alrededor de las vértebras afectadas o en el ligamento que las une para contribuir a aliviar el dolor a nivel local.
  • Opciones de tratamiento quirúrgico: son posibles dos opciones de intervención quirúrgica en función del paciente, la gravedad de la enfermedad y las preferencias del cirujano.
  • Desmotomía del ligamento interespinoso: este procedimiento consiste en la transección del ligamento que une las vértebras adyacentes y puede realizarse con el caballo sedado y de pie. Hay varias teorías que explican por qué esta intervención quirúrgica ayuda a los caballos con artrosis interespinosa lumbar. Una es que al cortar el ligamento permite que las vértebras se separen entre sí, de manera que el pinzamiento se reduce. Además, hay nervios que discurren por estos ligamentos y por el interior de la superficie ósea donde se insertan los ligamentos, por lo que al cortar el ligamento se cortan también los nervios, de manera que se reducen las fibras de dolor en la zona. Alrededor del 85-90 % de los caballos mejoran tras la intervención quirúrgica, pero un pequeño subgrupo de estos caballos volverá a desarrollar signos clínicos meses o años después de la intervención. Sin embargo, la intervención quirúrgica es mínimamente invasiva y generalmente se tolera bien (Figura 2).
  • Ostectomía de las apófisis espinosas dorsales: este procedimiento consiste en cortar una cuña de las vértebras adyacentes para eliminar el hueso que genera el pinzamiento. Esta intervención quirúrgica es más invasiva que la desmotomía del ligamento interespinoso, pero también puede realizarse con el caballo sedado y de pie. Algunos caballos con pinzamientos más graves pueden requerir este procedimiento más complejo. La tasa de éxito global es similar a la de la desmotomía del ligamento interespinoso.
Figura 2. Las incisiones de la desmotomía del ligamento interespinoso son relativamente pequeñas y el paciente las tolera bien.
Cuidado Posteriores y Evolución

Independientemente del plan de tratamiento seleccionado por el veterinario y el propietario, la rehabilitación continuada en casa es clave para el éxito a largo plazo en el tratamiento de los caballos con artrosis interespinosa lumbar. Mantener una musculatura fuerte y la flexibilidad de la columna vertebral será clave para el éxito del tratamiento a largo plazo. El pronóstico general es excelente con una terapia y rehabilitación adecuadas, y el 80-90 % de los caballos recuperan cierto grado de desempeño. Una evaluación completa de la cojera es clave, ya que el dolor del dorso puede iniciarse o exacerbarse por la cojera; el tratamiento de la cojera primaria será fundamental para mejorar el dolor de la columna vertebral en estos casos.

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