Resumen

La artroscopia equina es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo utilizado para diagnosticar y tratar diversas afecciones articulares de los caballos. Este procedimiento se realiza principalmente bajo anestesia general. La artroscopia equina implica el uso de una pequeña cámara especializada denominada artroscopio para visualizar y acceder al interior de la articulación del caballo sin necesidad de realizar grandes incisiones quirúrgicas. Introduciendo el artroscopio a través de incisiones muy pequeñas, los veterinarios pueden examinar las estructuras articulares internas, diagnosticar anomalías y realizar intervenciones quirúrgicas mínimamente invasivas para tratar diversas afecciones articulares. La naturaleza mínimamente invasiva de este procedimiento reduce el riesgo de complicaciones asociadas a la cicatrización de heridas y acelera la recuperación en comparación con las técnicas abiertas.

Manifestaciones Clínicas

La cirugía artroscópica puede recomendarse para caballos que presenten diversos problemas articulares. Los signos clínicos que conducen a la cirugía artroscópica son principalmente la cojera y el derrame articular (llenado de líquido que provoca el agrandamiento de una articulación). Su veterinario realizará un examen y un diagnóstico por imágenes antes de determinar que la artroscopia está indicada para su caballo.

Diagnóstico

Antes de la artroscopia, su veterinario realizará un examen físico exhaustivo, una evaluación de la cojera y pruebas de diagnóstico por imágenes (como radiografías o ecografías) para evaluar la articulación afectada, identificar posibles anomalías y determinar la necesidad de cirugía artroscópica. Normalmente se recomienda un análisis de sangre preoperatorio, para garantizar que el caballo es un candidato adecuado para la anestesia y la intervención quirúrgica.

Las afecciones clínicas comunes que se evalúan y tratan con artroscopia incluyen: osteocondritis disecante (OCD), lesiones del cartílago, sinovitis y lesiones intraarticulares como fragmentos óseos y fracturas de la articulación. Las heridas e infecciones articulares suelen someterse a evaluación artroscópica y lavado como parte del tratamiento. La artroscopia también constituye una valiosa herramienta diagnóstica para evaluar las anomalías articulares mediante la visualización directa del cartílago y las estructuras intraarticulares. Esta información puede orientar el tratamiento intraoperatorio y postoperatorio y ayudar a determinar el pronóstico.

Tratamentio

El procedimiento artroscópico suele constar de los siguientes pasos: 

Anestesia y preparación quirúrgica: La artroscopia suele realizarse bajo anestesia general, para garantizar que el caballo permanezca inmóvil y sin dolor durante todo el procedimiento. Tras administrar la anestesia, se rasura y prepara asépticamente la articulación, y se coloca cuidadosamente la extremidad afectada para facilitar un acceso artroscópico óptimo a la articulación en cuestión.

Cirugía artroscópica: Se realizan pequeñas incisiones, denominadas portales, en la piel que recubre la articulación que se va a examinar o tratar. La cámara artroscópica proporciona una visualización en tiempo real de las estructuras articulares en un monitor. El cirujano evalúa sistemáticamente el revestimiento sinovial de la articulación, el cartílago y los tendones y ligamentos en busca de anomalías. En función de los resultados, pueden crearse más portales para permitir el acceso de instrumentos especializados para el desbridamiento, la extracción de fragmentos y el lavado articular. Las incisiones cutáneas se cierran con suturas, se venda la articulación y el caballo se recupera de la anestesia.

Cuidado Posteriores y Evolución

Cuidados postoperatorios y recuperación:  

Tras la artroscopia, el caballo es objeto de un seguimiento minucioso y se aplican las medidas de cuidados postoperatorios adecuadas para minimizar las molestias, reducir la inflamación y favorecer la cicatrización. El cuidado postoperatorio por parte de propietarios y entrenadores es clave para una recuperación óptima, y se crea un plan de cuidados individualizado en función del procedimiento específico realizado y de las necesidades individuales del caballo. En todos los casos, el cuidado de la incisión es clave para reducir el riesgo de infección articular y suele incluir el vendaje hasta la retirada de la sutura. El caballo tendrá un periodo de actividad restringida seguido de una reintroducción gradual al ejercicio y puede necesitar medicación durante las primeras fases del periodo postoperatorio (antiinflamatorios y/o antibióticos). A veces, se recomiendan terapias articulares adicionales para un cuidado continuado, en función de las necesidades de cada caballo.

Consideraciones y posibles riesgos:  

Aunque la artroscopia equina suele considerarse segura y eficaz, no está exenta de posibles riesgos. La anestesia general conlleva riesgos inherentes y, aunque infrecuentes, pueden producirse complicaciones intraoperatorias, como la rotura de instrumentos, lesiones yatrógenas del cartílago o traumatismos involuntarios de los tejidos blandos. Los cirujanos veterinarios experimentados, las técnicas quirúrgicas meticulosas y la supervisión intraoperatoria son fundamentales para minimizar el riesgo de acontecimientos adversos. La infección también es una complicación infrecuente pero posible, y una técnica aséptica estricta y unos cuidados postoperatorios diligentes de la herida son esenciales para minimizar el riesgo de infecciones del lecho quirúrgico. Antes de la artroscopia, su veterinario realizará una evaluación preanestésica exhaustiva y analizará los riesgos relacionados con la anestesia y la intervención quirúrgica basándose en el estado de salud individual y el historial médico de su caballo.

Beneficios de la artroscopia:

La artroscopia equina ofrece varias ventajas tanto para los caballos como para sus propietarios. La naturaleza mínimamente invasiva del procedimiento minimiza el traumatismo tisular, lo que permite tiempos de recuperación más cortos que la cirugía de articulación abierta (artrotomía) y una vuelta más rápida a la actividad normal para el caballo. El procedimiento ofrece precisión diagnóstica y versatilidad terapéutica, y a veces incluso puede realizarse de forma ambulatoria, lo que significa que el caballo puede volver a casa el mismo día de la intervención. 

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