Enfermedad Articular Degenerativa del Caballo

Associated Terms:
Osteoarthritis, Arthritis

Resumen

La enfermedad articular degenerativa (EAD) o artrosis se produce cuando los tejidos normales de una articulación empiezan a deteriorarse. A menudo pensamos en la superficie del cartílago cuando hablamos de la EAD, que normalmente cubre los extremos de nuestros huesos y crea una superficie acolchada y de baja fricción que permite el movimiento deslizante de las articulaciones. En la EAD, esta superficie cartilaginosa comienza a romperse y adelgazarse, y la EAD avanzada se describe a veces como «hueso sobre hueso» cuando la superficie cartilaginosa prácticamente ha desaparecido. Además del adelgazamiento del cartílago, observaremos cambios en otros tejidos de la articulación, como los bordes óseos, la cápsula articular y el líquido de la articulación; el dolor asociado a la EAD procede de todos estos componentes diferentes. La EAD suele producirse debido al desgaste crónico de las articulaciones y, por lo tanto, es más común en caballos de edad avanzada; sin embargo, la inflamación de una articulación debido a una lesión, infección o a la morfología del animal puede predisponer a una articulación a desarrollar EAD.

Manifestaciones Clínicas

La EAD suele presentarse como una cojera crónica y de progresión lenta. Como propietario, puede resultar difícil identificar la cojera asociada a la EAD debido a su naturaleza de progresión lenta. Además, la EAD suele afectar a varias extremidades, lo que puede dificultar la identificación de la asimetría que a menudo se asocia a la cojera. Otros síntomas tempranos que los propietarios suelen describir son:

  • Desempeño deficiente o alterado
  • Cambio de actitud
  • Reticencia o lentitud para acostarse o levantarse
  • Asimetría o rigidez observada durante el ejercicio
Diagnóstico

La evaluación diagnóstica de un caballo con sospecha de EAD suele comenzar con un historial exhaustivo. Esto puede dar a su veterinario pistas sobre qué articulaciones pueden doler y qué tratamiento puede estar indicado. Algunos antecedentes de particular importancia en la evaluación diagnóstica de un caballo con sospecha de EAD son desde cuándo se han notado los síntomas, si hay algo que parezca mejorar o empeorar los síntomas, si se ha presentado alguna cojera o evaluación anteriormente y cualquier tratamiento previo. Tras un análisis exhaustivo del historial, es probable que el veterinario realice una evaluación de la cojera, que puede incluir la observación del caballo en diversos movimientos y superficies, una evaluación de la flexión y bloqueos nerviosos o articulares. Una vez localizada la cojera, puede realizarse un diagnóstico por imagen; a menudo, la EAD puede diagnosticarse con radiografías, pero otras técnicas de imagen, como la ecografía, la gammagrafía nuclear, la TC o la RM, pueden estar justificadas según el caso (Figura 1).

Figura 1. Un poni con EAD grave en la rodilla. En el círculo pueden verse los osteofitos, o proliferación ósea en los bordes de la articulación, que son un sello distintivo de la EAD.
Tratamentio

El tratamiento puede variar en función de la articulación afectada, la gravedad de la enfermedad y las características específicas de cada paciente. El tratamiento satisfactorio suele implicar un enfoque multimodal, que puede incluir medicación (oral, inyectable y/o intraarticular), entrenamiento de fuerza, ejercicios para aumentar la amplitud de movimiento y otras terapias conservadoras. En casos graves, a veces está indicada la intervención quirúrgica, y su veterinario de atención primaria puede remitirle a un cirujano certificado por la junta del Colegio Estadounidense de Cirujanos Veterinarios (ACVS, por sus siglas en inglés) para consulta y tratamiento. Algunos de los tratamientos más comunes para la EAD incluyen:

  1. Medicamentos intraarticulares: el tratamiento más común para la EAD es la instilación directa de un medicamento o producto biológico en la articulación afectada. Los corticoides son potentes antiinflamatorios y se utilizan desde hace mucho tiempo para tratar la EAD en caballos y seres humanos. El ácido hialurónico es un componente normal del líquido articular y puede utilizarse solo o en combinación con corticoides. A lo largo de la última década, ha aumentado la disponibilidad de diversos «productos biológicos» para su uso en pacientes; entre ellos se incluyen productos derivados del propio paciente que, tras ser procesados, pueden inyectarse directamente en las articulaciones. La investigación en torno a la terapéutica intraarticular sigue creciendo, y cada vez disponemos de más información y productos para ayudar a nuestros caballos con EAD.
  2. Medicamentos antiinflamatorios orales: estos medicamentos proporcionan una actividad antiinflamatoria sistémica en lugar de la actividad local de los medicamentos intraarticulares. Este grupo de medicamentos incluye la fenilbutazona y el flunixino meglumina, de uso común. Sin embargo, pueden provocar efectos secundarios cuando se utilizan a largo plazo. Otras opciones, como el firocoxib, son más seguras a largo plazo, pero deben utilizarse con precaución y debe vigilarse a los caballos para detectar efectos secundarios.
  3. Medicamentos inyectables sistémicos: algunos de los medicamentos inyectables más utilizados son el ácido hialurónico intravenoso o los glicosaminoglicanos polisulfatados inyectables. Los mecanismos de acción de estos medicamentos se argumentan teóricamente basándose en su función natural, pero aún no se conocen por completo. Se les suponen funciones antiinflamatorias de ambas clases de medicamentos inyectables, y existen pruebas de una mejora de los signos clínicos y microscópicos de la artrosis en varios estudios.
  4. Suplementos orales: los suplementos más comunes incluyen glucosamina y/o sulfato de condroitina. Estos compuestos son elementos constitutivos del cartílago y, aunque la idea de administrarlos como suplementos para ayudar a mantenerlo sano resulta tentadora, los estudios que avalan su eficacia en casos clínicos son variados. Otra consideración a tener en cuenta con estos productos es el contenido tan variable de estos suplementos y si contienen lo que afirma la etiqueta. Si está pensando en utilizar estos productos, infórmese bien a la hora de elegir un suplemento y utilice uno con estudios de investigación controlados que respalden su eficacia clínica y su contenido.
Cuidado Posteriores y Evolución

Los cuidados posteriores dependerán de la gravedad de la enfermedad, el tratamiento utilizado y otros factores específicos del paciente. A menudo, estos caballos estarán doloridos durante el tiempo libre o el descanso en el establo, por lo que, si el tratamiento tiene éxito con los síntomas de cojera, mantenga cierto grado de ejercicio para el paciente. En última instancia, la artrosis es una enfermedad que hay que tratar, no curar, por lo que será importante que el veterinario, el propietario y el caballo colaboren para encontrar una estrategia de tratamiento a largo plazo. Puede ser necesario probar y equivocarse para decidir cuál es el mejor plan de tratamiento en cada caso determinado, y es importante no frustrarse si la cojera no se resuelve con el primer tratamiento. En general, muchos caballos pueden ser tratados con éxito y mantener su carrera deportiva, pero las vertientes más graves de la enfermedad o la artrosis de articulaciones específicas pueden ser más limitantes, incluso en el diagnóstico inicial, y la naturaleza progresiva de la artrosis puede dar lugar a limitaciones del desempeño más adelante en la vida.

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