Hemiplejia Laríngea en Caballos

Associated Terms:
Ronquido

Resumen
Figura 1: laringe normal de un caballo; las flechas señalan los cartílagos aritenoides. (La flecha izquierda señala el cartílago aritenoides derecho del caballo, y la flecha derecha, el cartílago aritenoides izquierdo).

La hemiplejia laríngea es una enfermedad que afecta a las vías respiratorias altas de los caballos. Hace que disminuya el flujo de aire hacia los pulmones y puede causar intolerancia al ejercicio. A los caballos que la sufren se los llama «roncadores», porque, al hacer ejercicio, hacen un ruido respiratorio característico que suena como un ronquido. La laringe (similar a la laringe o la nuez de los humanos) es la estructura que conecta las fosas nasales con la tráquea. Está formada por un grupo de cartílagos que permiten que el aire pase hacia la tráquea y protegen las vías respiratorias durante la deglución. La causa de la hemiplejia laríngea es la parálisis de uno o de ambos de estos cartílagos (llamados cartílagos aritenoides; figura 1), debido a una falta de inervación que da lugar a la atrofia del músculo que mueve el cartílago aritenoides. El cartílago aritenoides afectado con más frecuencia es el izquierdo (hasta en el 95 % de los casos). En un caballo normal, los aritenoides permiten un flujo máximo de aire hacia la tráquea durante la abducción (el movimiento hacia afuera de los cartílagos aritenoides para abrir la entrada a la tráquea). Los caballos con hemiplejia laríngea sufren parálisis del cartílago aritenoides, lo que impide la abducción o abertura de su garganta al tomar aire. Esto hace que se reduzca el flujo de aire hacia los pulmones debido a la obstrucción por el cartílago paralizado, lo que causa ruidos respiratorios e intolerancia al ejercicio.

La hemiplejia laríngea se da, sobre todo, entre purasangres de carreras, pero también afecta a otros caballos deportivos, como los de sangre templada, los caballos de tiro, los trotones americanos y los Cuarto de milla. Suele darse entre machos altos, por lo general, de más de 15 palmos. Aunque la enfermedad no supone un riesgo para la vida, existen varias opciones quirúrgicas para tratar al caballo si muestra estos signos y la mayoría de ellas tienen un buen pronóstico de mejora del rendimiento del caballo.

Manifestaciones Clínicas
  • Frecuente entre caballos de 3–7 años
  • Intolerancia al ejercicio que ha empeorado con el paso de las semanas o los meses
  • Clásico ruido de «silbido» o «ronquido» durante el ejercicio (normalmente, a medio galope o con una actividad más intensa)
  • Es posible que el relincho del caballo cambie
  • Jadear después de hacer ejercicio
  • Los veterinarios pueden observar atrofia (encogimiento) muscular en la zona de la garganta a la altura del ahogadero
Diagnóstico

La hemiplejia laríngea tiene distintos grados en una escala de 1-4; 4 es la parálisis completa del cartílago. La endoscopia (figura 2) con el caballo de pie puede servir para diagnosticar casos de grado 3-4 y algunos casos de grado 2. La endoscopia con el caballo sobre una cinta de ejercicio a gran velocidad (figura 3) o el examen respiratorio dinámico en tierra pueden ser necesarios para diagnosticar los casos dudosos en un endoscopia con el caballo de pie, y se pueden utilizar para garantizar que no existen otros problemas simultáneos en las vías respiratorias altas que contribuyan a la intolerancia al ejercicio o a los ruidos respiratorios. Además, puede usarse una ecografía laríngea para evaluar la densidad de las fibras musculares de la laringe a fin de determinar si su inervación es adecuada.

Figura 2: caballo sometido a un endoscopia de pie
Figura 3: caballo al que se le está realizando una endoscopia sobre una cinta de ejercicio a gran velocidad; una vez que el caballo se ha adaptado a la cinta, se introduce un endoscopio por el ollar y se fija en esa posición
Tratamentio

Figura 4: caballo con parálisis de grado 4 antes de la intervención (izquierda: la flecha señala un cartílago aritenoides completamente paralizado, de grado 4) y después de la intervención, tras una laringoplastia con ventriculocordectomía (derecha: estrella en el lugar de la ventriculocordectomía [extirpación del ventrículo y la cuerda vocal])
Las recomendaciones de tratamiento varían en función de la gravedad/el grado, la raza, la edad y el uso del caballo. Existen cuatro opciones de tratamiento, descritas a continuación: laringoplastia protésica («cirugía de retracción»), ventriculectomía +/- cordectomía, aritenoidectomía e injerto de pedículo neuromuscular.

  • Laringoplastia protésica: es el tratamiento más común y puede realizarse con el caballo de pie y sedado o administrándole anestesia general. El cartílago paralizado se retira hacia atrás y se fija, en una posición abierta/de abducción a través de una incisión en la zona de la garganta a la altura del ahogadero. La sutura funciona como «prótesis» del músculo paralizado.
  • Ventriculectomía/cordectomía: se extraen el ventrículo y la cuerda vocal (ubicada bajo el cartílago aritenoides) para ensanchar la vía respiratoria; se hace de forma aislada o junto con una laringoplastia protésica (figura 4). Este procedimiento por sí solo puede mejorar el rendimiento y reducir los ruidos respiratorios de razas de tiro o caballos de exhibición que no necesitan alcanzar altas velocidades. Se realiza con anestesia a través de una incisión bajo la quijada, hacia las vías respiratorias (conocida como laringotomía) o introduciendo un endoscopio (o «escopio») con un láser por el ollar. Las incisiones de la laringotomía suelen dejarse abiertas para que cicatricen por sí solas. Las técnicas con láser pueden llevarse a cabo con el caballo despierto y de pie. No requieren ninguna incisión, porque el endoscopio y el láser se introducen en la laringe a través de la nariz. La técnica del láser con el caballo de pie es ideal para las razas de tiro, que pueden tener dificultades para recuperarse de la anestesia general.
  • Aritenoidectomía: extracción del cartílago aritenoides paralizado que sirve para agrandar la abertura hacia la tráquea. Este procedimiento es ideal para caballos con los que la laringoplastia no ha funcionado o con infección de un cartílago aritenoides. Requiere anestesia general y se hace a través de una incisión en la garganta (llamada laringotomía; véase «Ventriculectomía/cordectomía»). En comparación con la laringoplastia protésica, existe un mayor riesgo potencial de complicaciones y se reduce el pronóstico de retorno al nivel de competición anterior.
  • Injerto de pedículo neuromuscular: intervención quirúrgica que reinerva los músculos que controlan la abducción del cartílago aritenoides. Se toma un nervio (primer nervio cervical) de uno de los músculos del cuello y un ramo de dicho nervio se coloca en el músculo que inerva el cartílago aritenoides. Los caballos jóvenes con hemiplejia de grado 3 son considerados buenos candidatos; los caballos afectados por la enfermedad en grado 3 responderán a la reinervación más rápido que los que sufran el grado 4. La reinervación tarda entre 6 y 12 meses para devolver la funcionalidad. Los caballos sometidos a una laringoplastia anterior sufren daños en el nervio utilizado en este procedimiento, así que no son candidatos para esta intervención.
Cuidado Posteriores y Evolución

El tratamiento posoperatorio varía según la intervención realizada. En la mayoría de los casos, se administran antibióticos, antiinflamatorios y medicamentos para la garganta en nebulizador tras la intervención quirúrgica. Puede que haya que retirar las suturas/grapas de la piel si se ha hecho una incisión. El período de reposo en el establo y el tiempo que se tarde en volver al trabajo variarán según las preferencias del cirujano, la intervención realizada y el grado de hemiplejia laríngea. Según el procedimiento realizado, el cirujano puede requerir efectuar evaluaciones de comprobación.

Laringoplastia protésica:

El reposo posoperatorio tras una laringoplastia suele incluir 30 días de reposo en el establo con paseo con guía a pie/pasto suministrado manualmente, seguidos de actividad al aire libre en un potrero pequeño o ejercicio ligero durante 30 días. Suele permitirse el retorno gradual al ejercicio a los 45-60 días tras la intervención quirúrgica. Es muy importante evitar que un caballo sometido a una laringoplastia haga ejercicio hasta que lo aconseje el cirujano, porque puede hacer que aumente el movimiento de la sutura y que aumente el riesgo de fracaso de la laringoplastia.

Ventriculectomía/cordectomía/aritenoidectomía:

Los caballos con incisiones de laringotomía necesitan que les limpien el lugar de la intervención quirúrgica dos veces al día. También precisarán reposo en el establo y paseo con guía a pie o actividad al aire libre en un potrero pequeño hasta que el lugar de la intervención quirúrgica haya cicatrizado por completo, normalmente tras unos 30 días.

Injerto de pedículo neuromuscular: Los caballos sometidos a una intervención de injerto de pedículo neuromuscular también necesitan reposo en establo tras la operación. Las recomendaciones suelen incluir reposo en establo durante 2-3 semanas seguido de actividad al aire libre en un potrero pequeño durante 12 semanas. Después, puede retomarse el retorno gradual al entrenamiento.

Entre las complicaciones de los procedimientos quirúrgicos se encuentran las siguientes:

Laringoplastia protésica:

Entre el 9-47 % de los caballos experimentan complicaciones, como tos, aspiración a la tráquea de partículas de alimentos o de suciedad que causan neumonía, infección o dehiscencia del lugar de la incisión, seroma (acumulación de líquido bajo la incisión), infección de la sutura, rotura de la sutura e incapacidad para mantener la abducción del cartílago. La tos es la complicación más común y suele verse inmediatamente después de la intervención quirúrgica, pero solo el 5-10 % de los caballos sufren tos crónica. Si la sutura no funciona (por infección, rotura o porque tira del cartílago) puede hacerse una segunda laringoplastia, pero las tasas de éxito se reducen y aumentan las posibilidades de fracaso posterior.

Ventriculectomía/cordectomía:

Las complicaciones de este procedimiento son poco frecuentes y el lugar en el que se practica la laringotomía suele cicatrizar sin mayores problemas. Raras veces, pueden formarse granulomas (exceso de tejido cicatricial) en el lugar donde se ha extraído el ventrículo/la cuerda vocal, pero pueden tratarse con antiinflamatorios y/o extracción quirúrgica o con láser.

Aritenoidectomía:

Las complicaciones son frecuentes y pueden incluir tos, dificultad para tragar y neumonía por aspiración.

Injerto de pedículo neuromuscular:

Las complicaciones son mínimas y pueden incluir la formación de seromas, la infección y la incapacidad del músculo para reinervarse.

El pronóstico depende del nivel de rendimiento que se exija al caballo y del tratamiento quirúrgico seguido. Las tasas de éxito globales oscilan entre el 50 y el 90 %; los caballos de carreras y los que presentan una mayor demanda del flujo de aire tienen unas tasas de éxito ligeramente inferiores, mientras que los caballos de exhibición, los de tiro y los de placer suelen tener tasas de éxito más altas, porque la demanda global de las vías respiratorias es inferior en comparación con la de un caballo de carreras. Hay que consultar a un cirujano equino certificado por el Colegio Estadounidense de Cirujanos Veterinarios (ACVS, por sus siglas en inglés) el mejor plan de tratamiento para el caballo.

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