La castración equina, también denominada esterilización, es la extirpación quirúrgica de los testículos de un caballo macho. Este procedimiento suele realizarse para eliminar comportamientos no deseados asociados a sementales intactos. Además, la castración puede realizarse para evitar crías no deseadas y para mejorar la concentración y la capacidad de adiestramiento del caballo para disciplinas específicas, como la equitación de desempeño o de placer.
Los comportamientos asociados a los sementales intactos pueden incluir agresividad, monta y distracción, lo que puede plantear riesgos de seguridad tanto para los seres humanos como para otros caballos
La castración ofrece varias ventajas tanto para los caballos como para sus propietarios:
- Modificación del comportamiento: La castración ayuda a reducir las tendencias agresivas, el comportamiento dominante y los impulsos sexuales de los caballos macho, lo que facilita su manejo, adiestramiento e integración en grupos sociales. Esta modificación del comportamiento aumenta la seguridad y mejora la gestión general del caballo, sobre todo en entornos con varios caballos.
- Prevención de la reproducción no deseada: Al eliminar la capacidad reproductora del semental, la castración ayuda a evitar embarazos accidentales o no deseados, de manera que se mitigan los riesgos asociados a la superpoblación y las prácticas de cría irresponsables.
- Mejora del desempeño: Los caballos castrados suelen preferirse para diversas disciplinas ecuestres por su mayor concentración, por su temperamento y su capacidad de adiestramiento en comparación con los sementales intactos. Tanto si se utilizan para la equitación de placer, la competición o las actividades recreativas, los caballos castrados tienden a mostrar una mayor constancia y fiabilidad en su desempeño, lo que mejora la experiencia general de la monta tanto para el caballo como para el jinete.
Antes de la castración, su veterinario realizará un examen físico completo, incluida la evaluación de ambos testículos dentro del escroto del caballo. También pueden realizarse análisis de sangre prequirúrgicos. La evaluación preoperatoria es importante para asegurarse de que su caballo esté sano antes de someterse a la intervención quirúrgica.
Si ambos testículos no son visibles o palpables, se considera que el caballo es criptórquido y requiere castración criptórquida. Un cirujano veterinario certificado por la junta del Colegio Estadounidense de Cirujanos Veterinarios (ACVS, por sus siglas en inglés) debe realizar la identificación y extirpación quirúrgica de los testículos no descendidos.
Tipos de castración:
Existen dos métodos principales de castración en caballos: quirúrgica y no quirúrgica.
Castración quirúrgica: la castración quirúrgica consiste en realizar una o dos incisiones para extirpar los testículos. Este procedimiento puede realizarse con sedación de pie y anestesia local, anestesia inyectable de acción corta o anestesia general, dependiendo del temperamento del caballo, las instalaciones, si ambos testículos son fácilmente palpables en el escroto y la preferencia del cirujano. La castración solo debe realizarla un veterinario calificado en un entorno controlado, que puede ser una clínica o un lugar limpio y seguro de la granja. Las incisiones pueden situarse en el escroto o más arriba en el flanco, donde los testículos salen del abdomen. Las incisiones pueden suturarse o dejarse abiertas para permitir el drenaje.
Castración no quirúrgica: la castración no quirúrgica, también conocida como castración química, consiste en la inyección de sustancias químicas en los testículos para alterar la función hormonal e inducir la esterilidad. Aunque este método puede ofrecer ciertas ventajas, como menores riesgos quirúrgicos y tiempos de recuperación más rápidos, no está tan extendido como la castración quirúrgica y puede no ser adecuado para todos los caballos.
Cuidados posteriores a la castración quirúrgica:
El tratamiento postoperatorio puede incluir antibióticos y/o antiinflamatorios y la limpieza de las incisiones. Si las incisiones se dejaron abiertas, se suele recomendar ejercicio ligero al cabo de varios días para favorecer el drenaje, ya que la acumulación de líquido (seroma) es una complicación frecuente tras la castración. Su veterinario elaborará un plan de ejercicio restringido en función de su caballo y del tipo de castración quirúrgica.
Aunque la castración suele considerarse un procedimiento seguro y rutinario, no está exenta de posibles riesgos y consideraciones:
- Complicaciones quirúrgicas: Como cualquier procedimiento quirúrgico, la castración conlleva riesgos inherentes, algunos de los cuales son potencialmente mortales, como: hinchazón/edema, hemorragia, infección, evisceración (protrusión de órganos abdominales a través de una herida o incisión quirúrgica) y reacciones adversas a la anestesia. Para minimizar estos riesgos, es esencial seleccionar a un veterinario calificado y con experiencia, garantizar una evaluación y preparación preoperatorias adecuadas y proporcionar cuidados y seguimiento postoperatorios apropiados.
- Cambios de comportamiento: Aunque la castración puede ayudar a modificar comportamientos no deseados en los caballos machos, es importante reconocer que el temperamento individual y el adiestramiento desempeñan un papel significativo en la conformación del comportamiento. Aunque la mayoría de los caballos experimentan cambios positivos tras la castración, los comportamientos aprendidos de los sementales suelen requerir un periodo de tiempo y adiestramiento para cambiar, y podrían persistir indefinidamente dependiendo del caballo.